CARRETERAS ESCÉNICAS

DEVORANDO MILLAS

No hay ningún país como Estados Unidos y Canadá que le empuje a uno con más fuerza a lanzarse a las carreteras escénicas y devorar millas con la mayor naturalidad, como si se tratase de emular al “monstruo tragón” de Barrio Sésamo devorando galletas.

Fotos: TRAVEL ROAD PARTNERS

Después de haber realizado varios viajes de largo recorrido por Estados Unidos y Canadá hemos podido comprobar sin ningún género de dudas que son de los países (con el tamaño eso sí de un continente), más apropiados y mejor preparados para ser visitados con un vehículo particular.

Ya sea un utilitario o una de esas caravanas a las que tan frecuentemente recurren los americanos cuando disponen del tiempo, los recursos suficientes y las siempre necesarias ganas de conocer su vastísimo territorio.

Carreteras escénicas

ICEFIELDS PARKWAY, CANADÁ

La mejor manera de disfrutar de la grandiosa naturaleza de Canadá es recorrer la carretera escénica Icefields Parkway, también conocida como Highway 93.

Carreteras escénicas

RUTA 95, UTAH, EE.UU

Una de esas carreteras inolvidables y que en Estados Unidos se catalogan como “Scenic Byways”, en el estado de Utah entre las localidades de Blanding y Hanksville.

Carreteras escénicas

HIGHWAY 128, Upper Colorado River, UTAH, EE.UU

El Estado de Utah es admirado por muchos amantes de la naturaleza por sus espectaculares parques nacionales.

HIGHWAY 163, ARIZONA, EE.UU

Pocos lugares son tan reconocibles como la panorámica que nos depara la HW 163 en sus inmediaciones al Parque Nacional del Monument Valley, 

LA RED DE CARRETERAS MÁS EXTENSA DEL MUNDO

Varias son las razones que explican ese impulso por recorrer la red de carreteras más extensa del mundo que conecta los distintos estados que integran los EE.UU.

Toda la vida se organiza allí en torno al coche privado, o quizá deberíamos afirmar que no se puede concebir la realización de actividad alguna sin disponer de un vehículo, por sencilla y trivial que aquella nos pueda parecer. Quizá por ello, con la excepción de los grandes núcleos urbanos, las alternativas de transporte (ya no al coche particular pero sí a la carretera) son prácticamente inexistentes.

Pero es que, además, el vehículo encarna perfectamente en una sociedad como la americana, el espíritu de libertad e independencia no exenta de individualismo, que siempre la ha caracterizado desde sus orígenes fundacionales.