ISLANDIA
UN VIAJE POR LA TERRA DE CONTRASTES
Islandia entre el fuego y el hielo en el Atlántico norte es una tierra de contrastes sorprendentes.
Fotos: TRAVEL ROAD PARTNERS
Islandia entre el fuego y el hielo en el Atlántico norte es una tierra de contrastes sorprendentes, en que se va alternando el paisaje volcánico con sus campos de lava y las superficies de hielo con una sucesión interminable de glaciares y en la que podemos deleitarnos con las más variadas cascadas que uno puede imaginar mientras recorre sus escarpados fiordos.
Con una historia y tradiciones muy condicionadas por el tipo de vida y el entorno en el que se asentaban sus pobladores, a través de las sagas vikingas escritas en el siglo XII, se nos describen aspectos cotidianos de aquella, así como los paisajes que con el paso del tiempo apenas han sufrido alteración alguna.
CAMPO DE LAVA BUDAHRAUN
Junto al campo de lava Budahraun en el sur de la península de Snaefells, recubierto de un manto verde que se ha desarrollado en toda su superficie irregular plagada de desniveles, socavones y pequeñas depresiones como si del resultado de un bombardeo se tratara, se alza una de las tres iglesias negras presentes en Islandia.
Si bien la primera iglesia que se construyó en este lugar se remonta al año 1703, la actual estructura data de 1848. Debe su color negro al tratamiento a base de alquitrán aplicado sobre la madera exterior, al objeto de protegerla de las severas condiciones meteorológicas de la isla.
ARNASTAPI
El pequeño pueblo de Arnastapi situado al sur de la península de Snaefells, se caracteriza por una serie de formaciones rocosas peculiares que adornan su perfil de lava costero y son el hogar de una gran cantidad de aves.
SVALPUFA
Una de las formaciones volcánicas más llamativas en la costa sur de la península de Snaefells se denomina Svalpufa y se levanta como la acción provocadora de un escultor rupturista, que pretendiera con ella atraer las miradas de todos los que se acercan a contemplar los acantilados y cortados de lava negra del área.
VOLCÁN SNAEFELLS
Cuando la frecuente nubosidad no cubre al coloso y permite contemplar en todo su esplendor el volcán Snaefells, todo queda eclipsado frente a su imponente presencia, como si con ello quisiera vengarse de los que pretenden ocultarlo.
No es extraño pensar que con él empezó todo lo que la vista alcanza a distinguir y quizá por ello Julio Verne se sirvió de él para imaginar su “Viaje al Centro de la Tierra”, utilizándolo como puerta de entrada hacia los confines de lo desconocido.
KIRKJUFELL
Kirkjufell, que se traduciría como la “Church Mountain” o “Montaña de la Iglesia”, se localiza en la costa norte de la península de Snaefells y posiblemente sea la más fotografiada de Islandia con sus 463 metros de altura.
El conjunto de pequeñas cascadas ubicadas junto a Kirkjufell realzan si cabe aún más la belleza de este templo natural.
SWORD ROAD
Las sagas islandesas son relatos que combinan hechos históricos con otros de ficción que acaecieron (los primeros) en la isla entre los siglos IX – XI y que, si bien se concibieron en un principio para ser transmitidos oralmente de una generación a la siguiente, terminaron siendo plasmados por escrito en el periodo comprendido entre el siglo XIII y el XV.
En ellas se describe cómo era la vida de los pobladores, trufada de conflictos y peleas con las distintas oleadas de vikingos nórdicos que llegaban allí, en no pocas ocasiones con las intenciones aviesas propias de la época, en el transcurso de las cuales se debía dar un uso intensivo a las espadas de todo tipo de tamaños, formas y aleaciones.
En la preparación del itinerario del viaje había descubierto casualmente que en la península de Snaefells se encontraba la que se denomina “Sword Road” o “carretera de la espada”.
Debe su nombre a una curiosa construcción de escollera para la protección de un estribo de un puente y que presenta la forma de una empuñadura de espada como las que en las sagas islandesas debieron protagonizar muchos combates.
STYKKISHÓLMUR
Stykkishólmur es un atractivo pueblo situado a orillas del fiordo Breidafjördur en la costa norte de la península de Snaefells.
Desde el promontorio en el que se encuentra uno de sus faros, la vista de la original arquitectura de su iglesia con la que su diseñador pretendió representar el esqueleto de una ballena, sus casas y edificios repartidos sin orden aparente pero preservando una cierta armonía, y la bocana por la que se accede a su coqueto puerto, en ningún caso te deja indiferente.
HRAUNFOSSAR
Si algo caracteriza a Islandia son la gran cantidad de glaciares, volcanes y cascadas repartidas por todo su territorio.
Refiriéndome a esta últimas las hay sencillas y dobles, esbeltas y chatas, rectas u oblicuas y un sinfín de “categorías” más que podríamos enumerar del muestrario islandés en apariencia ilimitado, pero ninguna como Hraunfossar.
Las corrientes subterráneas discurren furtivas bajo un extenso campo de lava cubierto por una frondosa vegetación, surgiendo inesperadamente para deslizarse desde una pequeña altura a las aguas turquesas del río Hvitá, tiñendo de blanco los bordes del manto rocoso volcánico que se asoma al impetuoso cauce.
CRÁTER GRABROK / CRÁTER GRABROKARFELL
No alcanzo a precisar cuándo empecé a sentir una atracción irresistible por los volcanes, pero sí sé que esa emoción, cada vez que se me presentaba la oportunidad de ver uno, debió iniciarse hace el suficiente número de años como para que mi memoria se difumine en los tiempos, ya más lejanos de lo que quisiera reconocer, en los que disfruté de mis primeros viajes.
Desde entonces, los volcanes que he visitado en cuatro continentes, algunos activos, otros extintos cuando no dormidos o mostrando señales de querer despertarse, son los protagonistas de algunas de las experiencias más sólidamente ancladas a mi memoria y su evocación me produce una íntima satisfacción.
Los volcanes, tanto los que presentan actividad como los que un día se apagaron por siempre o así se presume y aquéllos que se encuentran latentes y por tanto impredecibles en su comportamiento futuro, son singularidades que nos recuerdan que la Tierra está en constante evolución y es el producto de una construcción inacabada desde el principio de los tiempos.
¡Qué mejor muestra de construcción inacabada que la que me ofrecía la vista del volcán Grábrókarfell desde el borde del cráter de otro volcán (el Grábrók ), que asocié con un gigantesco flan de nata y chocolate al que le hubieran escamoteado una parte de su corona superior!.
RUTA HACIA AKUREYRI
En el recorrido hacia Akureyri en la costa norte de Islandia transitamos por una de las carreteras principales de la isla, aunque por momentos pudiera inducirnos a engaño dado lo poco transitada que se presentaba.
No se prestaba a confusión, sin embargo, el origen volcánico de Islandia, con la presencia casi constante de elementos que recordaban su origen, como la silueta cónica que se recortaba en el horizonte azulado de aquella agradable tarde.
AKUREYRI
Un espeso manto de niebla sobre el que emergía una imponente cadena montañosa cubría el fiordo sobre el que se asienta el pueblo de Akureyri.
La verde pradera que se extendía ante nosotros se asomaba hasta la delgadísima franja de un azul intenso que, bajo la capa algodonosa, dejaba entrever la indisimulada belleza del estrecho golfo.
GODAFOSS
Islandia, con la capital más septentrional del mundo situada en una latitud de 64º Norte, debido precisamente a su ubicación, cuenta con el sol como uno de sus más fieles aliados cuando las nubes dejan paso a su brillo.
Su tímida trayectoria que apenas se eleva por encima de la línea del horizonte a lo largo de muchos meses del año, no ilumina sino que acaricia con sus brazos envolviendo de un exquisito dorado la belleza natural que nos reserva la isla.
La pugna constante del sol con las nubes que por lo general cubren los cielos islandeses, en ocasiones se dilucida premiándonos con estampas de ensueño en entornos naturales tocados por los dioses.
Como la de la cascada Godafoss (cascada de los dioses) desde uno de los miradores laterales, en la que el sol actuando como director de orquesta sobre los instrumentos de viento allí presentes, ofrecía la mejor partitura posible con el bramido de las aguas de fondo.
CRÁTER HVERFJALL
El cráter del volcán Hverfjall que en islandés significa “Montaña de las Aguas Termales” se encuentra muy próximo a la costa oriental del lago Myvatn.
Con una altura cercana a los 400 metros, puede accederse a la parte superior del volcán caminando por un lateral del espectacular tronco de cono de color negruzco y una vez alcanzada la misma, recorrer el perímetro del cráter que cuenta con un diámetro de aproximadamente 1000 metros y 200 metros de profundidad, producto de una erupción acaecida 2500 años atrás.
DETTIFOSS
Una de las cascadas más espectaculares de Islandia perteneciente al Parque Nacional del Vatnajökull es Dettifoss que, con sus 100 metros de ancho de frente de agua y una altura de caída de 44 metros, está considerada la segunda de mayor potencia en Europa (producto de multiplicar la masa de agua por la altura y por la gravedad) y la segunda en la isla considerando un caudal medio que asciende a 193 m3/seg.
La impresionante cortina de agua que se precipita hacia el fondo del cañón Jökulsárgljúfur fue el escenario elegido para rodar una de las escenas de la película «Prometheus» de 2012, del director Ridley Scott.
KRAFLA VITI
Este volcán forma parte del área volcánica de Krafla, que con 900 km cuadrados de superficie es una de las regiones de mayor actividad en Islandia.
El nombre Viti (infierno) hace referencia a la destrucción desatada en el transcurso de la erupción causante de su formación, lo que no es óbice para no destacar la belleza de las azuladas aguas que alberga en el fondo del cráter.
De 300 metros de diámetro, se originó tras una erupción masiva iniciada en 1724 y que se prolongó por espacio de cinco años afectando varas zonas de esta región de Krafla, en un siglo (el XVIII) que vería como una de las más célebres erupciones (la del volcán Laki), sumió a Europa en una hambruna terrible por los efectos que sobre las cosechas tuvieron las nubes de ceniza expulsadas por el volcán.
HENGIFOSS
Los 128 metros de altura convierten a Hengifoss en una de las de mayor altura de caída en la isla, pero lo que verdaderamente la caracteriza y la vuelve inconfundible son los delgados estratos rojizos de arcilla entre las distintas capas de basalto producto de las sucesivas erupciones volcánicas del periodo terciario.
Esas franjas rojizas se habrían formado a partir de la transformación de la ceniza volcánica en suelo rico en hierro y arcilla. Así como los anillos presentes en el tronco de un árbol son el indicador de su crecimiento a lo largo del tiempo, cada una de las franjas en una escala temporal mucho mayor (millones de años), son los testigos impresos en el tronco basáltico del proceso seguido en la formación volcánica de la garganta.
SEYDISFJÖRDUR
La costa islandesa se caracteriza por una sucesión interminable de entrantes y salientes, lenguas de terreno de abruptas orografías que delimitan esos golfos largos y estrechos que son los fiordos.
Paseando por uno de esos minúsculos pueblos costeros llamado Seydisfjördur, asentado en el extremo interior de un fiordo, reflexioné acerca del origen glaciar del entorno que me rodeaba.
Y es que el silencio y la tranquilidad de sus calles, así como la pureza del ambiente propios de un pueblo fantasma de otra era, pero impecablemente preservado, sólo podía proceder de un largo periodo de congelación bajo el hielo de un glaciar que otrora había cubierto la zona y del que ahora hubiera surgido incólume.
HACIA EGILSSTADIR DESDE SEYDISFJÖRDUR
Tras la visita a Seydisfjördur y en nuestro camino de regreso a Egilsstadir donde pernoctaríamos, una espesísima niebla se cernió sobre nosotros cubriendo las tierras bajas que conducían a la costa y al fiordo sobre el que se asentaba el diminuto pueblo.
Súbitamente la niebla desapareció y un cielo despejado sin la presencia de nube alguna parecía el preludio de un atardecer radiante.
Nos detuvimos en el arcén para contemplar esa manta tupida que, desplegada sobre el valle a nuestros pies, apenas dejaba a la vista poco más que un solitario poste de luz, como si con esa protección se estuviera preparando para afrontar mejor los rigores de la noche islandesa.
JÖKULLSÁRLÓN
Uno de los destinos más espectaculares y esquivos es la laguna glaciar de Jökulsárlón junto al inmenso glaciar Vatnajökull que, con una superficie de 8.000 kilómetros cuadrados, se encuentra entre los de mayor tamaño del mundo.
En esta suerte de piscina privada, flotan los icebergs, en su tránsito hacia el océano, que se han desgajado de las enormes masas de hielo pertenecientes a los glaciares secundarios que, formando parte del gigante Vatnajökull, rodean buena parte del perímetro de la laguna, introduciendo como osados bañistas sus extremidades en las gélidas y rizadas aguas.
Esquivo, porque en no pocas ocasiones la adversa climatología impide, no ya contemplar alguno de los glaciares sino siquiera disfrutar de esos matices, en tonalidades y texturas, que las aguas de la laguna y la superficie de los icebergs nos devuelven cuando la frecuente nubosidad, muchas veces en forma de niebla, no ejerce ese poderoso efecto de blanqueadora uniformidad a todo el conjunto.
BREIDAMERKURJÖKULL
Uno de los muchos glaciares que forman parte del gigantesco Vatnajökull es el Breidamerkurjökull.
La carretera pavimentada próxima a la laguna de Jökullsárlón, en algunos tramos parecería que fuera a ser literalmente invadida por legiones de glaciares del ejército comandado por el Vatnajökull, como si estuviera persuadido de que, así como los humanos no pueden establecerse en sus dominios, él sí está en capacidad de ganar terreno hacia el mar imponiendo sus reglas y extendiendo su influencia.
LAGUNA GLACIAR FJALLSÁRLÓN
La laguna glaciar de Fjallsárlón es la hermana pequeña de Jökullsárlón, puesto que con los icebergs flotando en sus aguas y algún glaciar lamiendo su superficie, nada tiene que envidiar de ella salvo su mayor tamaño.
Quizá debido a sus menores dimensiones, el arrastre de sedimentos influyera en la tonalidad de su agua más de lo que lo hacía en Jökullsárlón, tiñéndola de una coloración más achocolatada.
SVÍNAFELLSJÖKULL
Otro de los glaciares próximos a la laguna glaciar de Jökullsárlón es el Svínafellsjökull.
Siguiendo un sendero en suave ascenso se llega hasta una posición desde la que puede contemplarse en detalle la masa de hielo con sus pliegues, grietas, huecos y fisuras. Y en la que restos de ceniza volcánica han oscurecido una parte de su frente.
CASCADA FOSS Á SIDU EN RUTA HACIA KIRKJUBAEJARKLAUSTUR
La cantidad de cascadas que uno encuentra a lo largo de la isla es incalculable.
Circulando por la carretera principal, la “Ring Road” o “Carretera del Anillo”, llamada así porque su trazado permite dar una vuelta completa a Islandia, si nos detuviéramos cada vez que divisáramos una cascada, necesitaríamos meses para completar el perímetro.
Desde el cortado que separa las tierras altas de las costeras, el agua se precipita en infinidad de saltos, cascadas e hilos más o menos caudalosos dibujando (según la trayectoria seguida) las formas más diversas.
Si bien algunas carecen de nombre, esta debe el suyo a una granja próxima, fluye desde el lago Pórutjörn y justifica en cualquier caso realizar una para para fotografiarla.
FJADRÁRGLJÚFUR
El cañón de Fjadrárgljúfur con sus 100 metros de profundidad y una longitud superior a 1 kilómetro, se formó en el ocaso de la última edad de hielo hace aproximadamente 9.000 años.
Su trazado serpenteante y las curiosas formaciones esculpidas en sus paredes irregulares, muy diferentes a ambos lados del cauce, hacía difícil imaginar que los dos bordes correspondieran a la acción milenaria de la misma corriente y que uno de ellos no hubiera sido trasplantado allí desde otro lugar.
Este impresionante paisaje islandés, quedó reflejado con todo su dramatismo en la película «Godland» de 2022, una producción islandesa dirigida por Hlynur Palmason.
Ambientada en el siglo XIX, cuando Islandia era una posesión de Dinamarca, la película narra el arduo viaje emprendido por un sacerdote danés para erigir una iglesia en la isla.
El clima implacable y los habitantes de la isla, bautizada por ellos mismos como «la isla cruel», se presentan como auténticos desafíos para el sacerdote en la consecución de su propósito. La hostilidad del entorno y la dificultad del idioma se tornan en obstáculos para el protagonista.
A través de esta travesía, la película ofrece una exploración íntima de la lucha humana contra la naturaleza y la adversidad, mientras se enfrenta a la consecución de un propósito que trascienda su propia vida.
SKOGAFOSS
Skogafoss, en el recorrido del río Skógá, es una cascada que presenta una anchura de 25 metros y una altura de 60 metros.
Situada en la frontera entre las tierras altas de la isla y los terrenos bajos costeros, el arcoíris es frecuentemente visible en los días soleados como consecuencia de la gran cantidad de espuma que se produce en su caída.
Sin embargo, el día de nuestra visita la nubosidad era abundante y la lluvia hacía acto de presencia de manera intermitente.
Para apreciar mejor la altura de caída me aproximé a la base de la impresionante cortina de agua y con la finalidad de mantener lo más seco posible el objetivo de la cámara me resguardé en uno de los salientes formados en el lateral derecho del cortado rocoso, recibiendo la visita fugaz del arco multicolor.
SELJALANDSFOSS
La cascada de Seljalandsfoss probablemente sea de las pocas, si no la única, que se puede contemplar detrás de la cortina líquida, brindando una experiencia diferente que en días lluviosos como el de la visita, invita precisamente a situarse al abrigo del macizo rocoso, por delante del cual se precipita en caída vertical el flujo de agua.
Mientras observaba detrás de la cascada a una veintena de personas y reflexionaba acerca de si disfrutaban de la vista “interior”, se refugiaban de la lluvia que en ese momento caía o las dos a un tiempo, la luz cambió repentinamente como si hubieran encendido un potente foco a mi espalda.
Se puso entonces al descubierto un arco multicolor que, desde la base de la cascada y aferrándose al cuerpo de la misma, trepaba hasta lo alto del cortado como si de una hiedra se tratara, invisible a la vista de todos los que de cara al foco encontraron en la Seljalandsfoss una protección natural para no ser deslumbrados, esquivando lo que sí sentía yo en ese momento con él a mi espalda.
GLJUFRAFOSS
En este punto se puede visitar la cascada secreta de Gljufrafoss para llegar hasta ella hay que atravesar un desfiladero semejante a una cueva.
GULFOSS
La cascada de Gulfoss o “Golden Fall” “Cascada de Oro” resulta inconfundible por el parecido que la superficie del agua, en su discurrir hacia el salto principal, guarda con una punta de flecha de sílex como las que empleaban los hombres de la prehistoria.
Con un caudal medio en torno a 109 M3/Seg, la corriente de agua desciende en un primer escalón de 11 metros de altura antes de precipitarse en un salto de 21 metros más al fondo del cañón del río Hvitá, cuyo eje longitudinal se orienta perpendicularmente al del flujo de agua aguas arriba.
PINGVELLIR
Pingvellir es un enclave histórico y Parque Nacional de Islandia situado al este de Reikiavik. Es célebre por albergar el Alping, el lugar donde se reunía el parlamento islandés desde el s. X hasta el s. XVIII. Allí también se encuentran la iglesia de Pingvellir y unas antiguas ruinas construidas en piedra.
El parque está situado en un valle escarpado formado por la separación de dos placas tectónicas, con acantilados rocosos y fisuras, como la falla de Almannagjá
Öxarárfoss es una cascada situada en el Parque Nacional Pingvellir. Se encuentra en el trayecto del río Öxará, el cual serpentea a través de un campo de lava. La cascada desemboca en una base rocosa, creando un escenario natural impresionante y pintoresco.
PENÍNSULA DE REYKJANES
En la península de Reykjanes en el suroeste de Islandia se han producido erupciones de tipo hawaiano (lava por lo general de tipo basáltico fluyendo lentamente en ríos incandescentes con bajas cantidades de cenizas volcánicas y de expulsión de gases) en los últimos tres años.
De hecho, tras 800 años de nula actividad volcánica en la región, en el año 2021 despertó de su prolongado letargo y desde entonces no ha faltado a su cita anual con erupciones en 2022 y 2023 para regocijo de los amantes de la vulcanología y angustia para los que ven amenazados sus hogares.
En el momento en que escribo estas líneas, los 4000 habitantes del pueblo de Grindavik han debido ser evacuados como consecuencia del incremento de la actividad sísmica, se han sentido centenares de temblores y pequeños terremotos, y de los daños que se han producido en calles y edificios.
LANDMANNALAUGUR
Para llegar a Landmannalaugar se debe recorrer algo más de 50 kilómetros por un camino de tierra sinuoso, que atraviesa un paisaje lunar (reminiscencia de su pasado reciente volcánico), tan desértico (por despoblado) como inequívocamente inhóspito.
La vista del colorido de las montañas reposando suavemente sobre un tapiz verde amarillo que no podía contrastar más con las rocas oscuras de la última erupción importante acontecida 500 años atrás, resultaba absolutamente hipnótica.
Después de iniciado el descenso tras haber coronado la cima de la “Burning Stone Wave” u “Onda de Piedra Caliente” en dirección al valle que nos conduciría al punto de inicio de nuestro recorrido de 9 kilómetros, fotografié las montañas de colores que delimitaban el arranque del valle.
Quizá fuera la agitación por el esfuerzo requerido en la subida, la que provocó que distinguiera la figura de dos gigantes tumbados boca abajo, uno ocultando el rostro y el otro con la boca entreabierta mostrando su dentadura, en un gesto que asocié con la búsqueda del mismo aliento perdido, que ahora sí empezaba a recuperar en mi camino hacia la llanura divisada a mis pies.
REIKIAVIK
Reikiavik es una ciudad cosmopolita y pintoresca que combina la rica cultura islandesa con un impresionante entorno natural y una próspera vida urbana. Es un destino que brinda una experiencia única en Europa.
Aunque es una ciudad pequeña en comparación con otras capitales europeas, Reikiavik tiene un encanto único con su arquitectura colorida y moderna.