HIGHWAY 128, Upper Colorado River
UTAH, EE.UU
Fotos: TRAVEL ROAD PARTNERS
El Estado de Utah en el suroeste de EE.UU es admirado por muchos amantes de la naturaleza por sus espectaculares parques nacionales. ¡Cómo olvidar por ejemplo la primera vez que uno se asoma al anfiteatro del cañón de Bryce, o la increíble vista desde el Dead Horse Point (Punto del Caballo Muerto) del laberinto de cañones con forma de gigantesca mano o de extremidad monstruosa de un tiempo inmemorial!
Siendo las áreas naturales comprendidas dentro de estos parques nacionales de una singular belleza, en ocasiones no resultan menos interesantes los paisajes que se nos ofrecen en el recorrido de determinadas carreteras, que tienen la capacidad de atraparnos una vez que te adentras en ellas.
Al acceder a estas vías quisieras no salir nunca de allí, la conducción se vuelve una experiencia inolvidable, olvidamos hacia dónde nos lleva y nos resulta indiferente ya cuándo arribaremos al destino final, pues lo importante pasa a ser el camino que transitamos y no el punto de llegada.
Si al mismo tiempo el entorno te recibe con la ausencia casi total de otros vehículos como nos sucedió a nosotros con la SR-128 en una buena parte del recorrido de 44 millas (70 km), la magia de la experiencia se torna completa, transportándote a lo que debieron sentir aquellos exploradores que recorrieron por primera vez o al menos creyeron hacerlo, lugares tan fascinantes como remotos.
Recorrimos la SR-128 partiendo desde Moab, la localidad más próxima a uno de los parques estrella del estado, el Arches National Park o Parque Nacional de los Arcos, que inicialmente discurre en paralelo al río Colorado en su cuenca alta y encajonada en algunas secciones por unas paredes verticales imponentes que nos recuerdan el fondo del cañón esculpido por la corriente fluvial.
A partir de un cierto punto la carretera se aleja del río y el paisaje cambia notablemente, puesto que abandonamos el cañón que acompaña al Colorado y nos introducimos en el territorio de esas curiosas estructuras geológicas llamadas mesas y de montículos aislados con las formas más diversas y que en algún caso recuerdan a los “buttes” del Monument Valley.
Durante esta parte del recorrido, no pude evitar traer a la memoria la película de animación Cars y más concretamente las escenas de la excursión que emprenden Rayo McQueen y Sally por unos parajes que bien pudieron haberse inspirado en lugares como los que atravesábamos en ese momento por la SR-128.
Y mientras disfrutaba de las vistas, me abandoné a la fantasía de pensar si no estaría disfrutando el Mustang tanto o más que nosotros, rodando por un asfalto que parecía cobrar vida, flanqueado por colosos de todas las tonalidades de rojos, ocres y naranjas que uno pudiera imaginar.
El último tramo de la carretera atraviesa un paisaje desértico de suelo arenoso en el que te ves inmerso de forma abrupta sin apenas transición que te prepare para tan brusco cambio.
Es entonces que tomas conciencia de que te estás aproximando a Cisco, uno de los asentamientos fantasmas más improbable del estado de Utah, tanto por la aridez del entorno como por la aparente ausencia de todo lo que uno pensaría que se necesita para fundar un pueblo. Pero ésa, es otra historia…
